Los Puños de Teddy Roosevelt

Teddy Roosevelt, quien fungió como el 28º Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica al comienzo de este siglo, es un gran ejemplo de alguien que se transformó completamente a sí mismo, a través del ejercicio.

De niño, Teddy tenía frecuentes ataques de asma y sus problemas estomacales requerían que permaneciera en cama por varios días.

Su padre temía que se convirtiera en alguien que aceptaba sus enfermedades y su fragilidad. Así que un día, puso a su pequeño hijo a su lado y le dijo: “Theodore, tienes la mente pero no tienes el cuerpo, y sin la ayuda del cuerpo, la mente no es capaz de llegar tan lejos como debería. Tienes que preparar tu cuerpo. Es difícil y laborioso preparar nuestro propio cuerpo, pero yo sé que lo lograrás.”

Teddy respondió inmediatamente, dándole a su padre una solemne promesa: “Prepararé mi cuerpo.”

El chico se dedicó totalmente a un estricto régimen de entrenamiento en fuerza y resistencia; semana tras semana, mes tras mes, él levantaba pesas y levantaba su propio cuerpo en las barras horizontales. Metódicamente, buscó expandir su pecho por medio de regulares y monótonos movimientos -laboriosos, en realidad.

Los años pasaron antes de que el potencial de estas actividades evolucionaran en una capacidad adulta y física que lo convirtieron en un ejemplo de energía y resistencia.

Acerca del muy activo estilo de vida de Roosevelt, la historiadora, Patricia O'Tool, ofrece una observación sumamente interesante: “Miren sus fotografías. En donde sea que esté sentado, si tiene una mano en el escritorio o una mano en su rodilla, siempre la cierra en un puño. Ahí está toda la energía acumulada. No, no es ira, es tan sólo energía acumulada, esperando para ser liberada.”