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¿Cómo podría responder un ultra-maratonista a la voz que le dice que descanse?

Scott Jurak es uno de los maratonistas más prominentes en el mundo, ha ganado muchas de las más prestigiosas carreras en el deporte en múltiples ocasiones. En su libro, “Come y Corre”, Scott habla acerca de sus comienzos como maratonista. Él también tenía una voz diciéndole que descansara, pero veamos cómo enfrentó esto.

Tenía mi camino. Había empezado en las llanuras, pero ahora iba por la cima de las montañas. Necesitaba las montañas. Conduje fuera del sendero.

Corrí Mount Si pieza por pieza. Ese primer día, hice tres viajes arriba y tres viajes abajo lo más rápido que pude. Entonces conduje a casa y estuve un turno completo en el trabajo.

Pero a la mañana siguiente, no quería salir de la cama. Podía escuchar música. Era como el canto de una sirena para una cama tibia, un sofá cómodo, algunas horas leyendo, o escuchando música, o simplemente estar. Nadie me obligaba a correr. Nadie me decía que tenía que hacerlo. Nadie se iba a morir si yo me relajaba sólo un poco. Esas eran las letras de la canción. Era la pegajosa, terrible melodía que había seducido a tantos corredores a abandonar las pistas. Era una melodia que no podía darme el lujo de escuchar. La canción se llamaba: Descansa. Acabas de correr por una montaña. No necesitas otra.

El día después de Mount Si, cuando todo lo que quería era estar recostado, bloqueé la melodía peligrosa. Tomé otro rumbo igual de difícil— algunos dirán que más difícil.

En mis dos meses de entrenamiento en Seattle, mi resistencia mejoraba por si misma. Mis articulaciones y músculos memorizaban los nuevos movimientos. Mi mente comenzaba a vaciarse más fácilmente y a llenarse con determinación.

En la oscuridad previa al amanecer antes de mi último viaje por los pantanos de los Alpes Issaquah, escuché algo. Había hecho mis tres viajes a Mount Si el día anterior. Era un sonido familiar, pero me tomó algunos segundos reconocerlo. Casi me río. Era el canto de sirena que me atraía con tanta urgencia dos meses antes. Descansa, vuelve a la cama. Esa mañana, sin embargo, era sólo una pequeña y débil tonada. Era un sonido de fondo.